[Columna para el programa Xeración Bravú de Cuac FM, emitido el 02-04-2016]
No existe libertad de expresión en el desierto, por mucho que allí, aislados de nuestros semejantes, podamos proferir discursos de incuestionable radicalidad hasta perder la voz. Tampoco en un diario íntimo ni en una conversación a dos. Para ejercer ese sagrado derecho, es necesario ejercer el no menos importante de la libertad de comunicación. Para que la expresión pueda manifestarse, sin quedar convertida en una mera declaración de intenciones sobre un papel sin valor, es necesario poder disponer de maneras de hacer llegar esa expresión a otras personas. Los medios de comunicación, en ese sentido, estarían al servicio de este derecho fundamental.